Malvinas, 27 años después

By CENTRO CÍVICO CARACAS - miércoles, marzo 04, 2009

Para cuando iniciemos el mes de abril de 2009, habrán transcurrido 27 años desde los hechos que llevaron a la recuperación inconclusa de nuestra soberanía sobre Malvinas, mucho agua ha corrido bajo el puente. Hasta el año 1986, los ingleses solo mantenían usurpadas las Islas Malvinas y controlaban 12 millas a su alrededor. Las Islas eran un gran gasto para los británicos, y por ello se decide de forma unilateral, establecer 200 millas alrededor de las Islas, pues se sabía de las grandes riquezas pesqueras y del potencial petrolero.

Tras haber extendido su jurisdicción marítima hasta el límite de las 200 millas marinas tanto alrededor de las Islas Malvinas como de las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur, el Reino Unido ha iniciado el camino de nuevas proyecciones expansivas, en particular en la denominada área adyacente, basándose en el acuerdo de Nueva York de 1995 sobre especies transzonales y altamente migratorias.


Desde los Acuerdos-Tratados firmados en la década del 90 en el gobierno de Menem, y mientras Cavallo era Canciller, la Argentina pasó a compartir la soberanía del sur del Mar Argentino con Gran Bretaña.

Ya en estos últimos años, la pretensión británica de apropiarse definitivamente de nuestros territorios de Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, otros archipiélagos, mares adyacentes y sector Antártico Argentino bajo el paraguas de la Unión Europea y mediante un texto constitucional, se ve confirmada y agravada por el ilegítimo reclamo de extender su ocupación militar colonialista a 350 millas.

Como si no fuera suficiente semejante ambición, los británicos vienen por más, y daría la impresión de que nuestros sucesivos gobiernos están dispuestos, a mirar hacia otro lado.

Por otra parte, en mayo de 2009 vence el plazo para extender la plataforma continental de 200 a una estimación máxima de 350 millas. Solo los Estados ribereños pueden presentar dicha ampliación. Gran Bretaña hará su presentación en el sector de Malvinas, presentándolo como Estado ribereño.

Si Argentina no denuncia en las Naciones Unidas este hecho, estaría reconociendo a Malvinas como Estado.

Y eso significaría perder los derechos soberanos que Argentina posee sobre las Islas.

Ese antecedente podría ser usado por Gran Bretaña alegando la doctrina de Estoppel y así decir que Argentina ha reconocido ante la mismísima Naciones Unidas, que las islas son un Estado independiente de toda vinculación con Argentina.

El Reino Unido mediante sucesivos actos unilaterales ha extendido progresivamente su jurisdicción a áreas marítimas adyacentes a las Islas Malvinas. Como resultado de estas medidas en materia pesquera, extendió su jurisdicción de 210.000 km2 a 1.650.000 km2; y en materia de recursos de lechos submarinos la extensión ha sido de 0 (cero) a 1.650.000 km2, pudiendo la misma continuar ampliándose hacia el Este, Norte y Sur, en virtud del derecho del mar vigente. Estas magnitudes no incluyen el llamado Territorio Antártico Británico que de acuerdo con otras proclamas británicas abarcan 1.500.000 km2 aproximadamente de territorio emergido, y cuyas proyecciones en materia de jurisdicción marítima serían de 2.300.000 km2 adicionales.

La gravedad de los hechos ameritan por parte de nuestras autoridades competentes, un profundo análisis de la situación estratégica, el que deberá ir acompañado de una férrea voluntad por la defensa de lo nuestro, las futuras generaciones así lo demandarán.

Así las cosas, cabe recordar que en la reunión del Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), llevada a cabo en Chile entre el 28 y 29 de enero de 2009, se decidió la creación del Centro Sudamericano de Estudios Estratégicos de la Defensa. La decisión es consecuencia de la propuesta realizada por la ministra Nilda Garré en la última reunión de UNASUR en Banff, Canadá, en septiembre de 2008.

Se debería interpretar que la creación del Centro Sudamericano de Estudios Estratégicos representa un avance importante en la conjunción del pensamiento estratégico de los países miembros y que brindaría una primera muestra de trabajo combinado desde un marco excluyentemente regional. Esto se materializará con la generación de productos, que contribuyan a la adopción de estrategias y políticas sustentables para el logro de objetivos que respondan a los intereses comunes de los Estados miembros de UNASUR, sin que los mismos afecten de alguna manera a sus miembros, en la preservación de sus propios objetivos nacionales.

Intereses comunes en la región

Desde la óptica de la defensa y la seguridad, podemos identificar los siguientes intereses comunes en la región:

* Resolución de disputas territoriales por vías pacíficas y eliminación de focos de tensión en la zona.

* Participación en Organismos Internacionales, particularmente en temas de desarme y no proliferación y en misiones de paz, a fin de evitar el aislamiento.

* No introducción de armas nucleares y transparencia en los gastos de defensa, evitando una carrera armamentista en la región.

* Desaparición del colonialismo (MALVINAS).

* Preservación de las potencialidades comerciales, tales como los recursos pesqueros, en el ATLÁNTICO SUR y en el PACÍFICO SUR.

* Preservación de los recursos naturales y del medio ambiente.

* Búsqueda de una adecuada relación cívico-militar que fortalezca el mantenimiento de la democracia en la región.

* Defensa de las áreas de comunicación geográfica, tales como estrechos, canales y pasos, y de la libre circulación en los mares y océanos.

* Garantía de acceso a las plataformas continentales y mares territoriales.

* Control de las vastas costas del ATLÁNTICO SUR, y de sus recursos actuales y potenciales, y su preservación como zona de paz.

* Control de los vastos espacios vacíos territoriales y sus recursos naturales.

* Control del espacio aéreo, en particular en áreas alejadas de los centros urbanos.

* En un futuro aún lejano e incierto, garantías de acceso a las riquezas de la ANTÁRTIDA

¿Qué defender?

No se trata de ser apocalíptico en la búsqueda de razones que justifiquen la necesidad de conformar una institución de DEFENSA REGIONAL. Se pretende ser realista, proyectándose en el tiempo dentro de los límites en los cuales los recursos naturales y los espacios geográficos jugarán un rol trascendental en la geopolítica mundial.[1]

En este sentido existen ofensivas declaradas y vedadas de organismos internacionales, grupo de países centrales, entidades ecologistas e intereses económicos privados que demandan la internacionalización de estos espacios vacíos o de sus recursos desaprovechados, para transformarlos en “patrimonio de la humanidad”.

Por otro lado con el pretexto de que la contaminación ambiental es un problema de todos y un deber de todos, o que el derecho a tierras y la necesidad de asentamientos para las grandes corrientes migratorias desde los países superpoblados y sin recursos es una responsabilidad internacional, se pretende justificar la desintegración de vastos espacios nacionales, que en este caso particular abarcan la región enmarcada dentro del MERCOSUR.

La capacidad potencial del “ACUÍFERO GURANÍ”, definido como el reservorio de agua dulce más grande del planeta, seguramente será un punto de conflicto en el futuro cuando el recurso agua pueda llegar a constituir una necesidad energética básica.

La región geográfica delimitada por los países que conforman el MERCOSUR, presenta vulnerabilidades de espacios. Sin llegar a agotar el inventario de debilidades de la región desde el punto de vista geopolítico, podemos señalar:

* El mar patrimonial de 200 millas que se puede extender hasta las 350 millas de acuerdo al nuevo concepto geopolítico de “Mar presencial” en donde la pesca, el tráfico marítimo y la plataforma submarina tienen un alto grado de desprotección.

* Los espacios terrestres semivacíos como la PATAGONIA, la AMAZONÍA, el BENI, el PANDO BOLIVIANO, el GRAN CHACO GUALAMBA, la PUNA DE ATACAMA y la ANTÁRTIDA.

* La desarticulación regional, capaz de desestabilizar las políticas sudamericanas, por ejemplo, la situación política-social de BOLIVIA y la particular guerra que se vive en COLOMBIA, las infraestructuras de transporte y energía intra y extra regional, las infraestructuras críticas, entre otras.

Es por todo ello que consideramos entonces, que temas como la problemática de Malvinas y Antártida –abordada desde una óptica regional y tendiente a incrementar los niveles de cooperación e integración- podría encontrar en el Centro Sudamericano de Estudios Estratégicos de la UNASUR, el marco adecuado para su análisis y posterior asesoramiento a quiénes deben asumir semejantes decisiones.

A continuación, transcribimos una nota editorial en referencia a esta problemática, que fuera publicada por La Gaceta Malvinense:

MALVINAS Y ANTÁRTIDA...
UNA PERSPECTIVA ESTRATÉGICA


A raíz del Protocolo al Tratado Antártico sobre la Protección del Medio Ambiente (PTAPMA), desde 1991, la actividad minera antártica se encuentra prohibida, con la excepción de actividades de investigación científica. En 1988 hubo un intento de regular la explotación comercial de los recursos minerales mediante la firma de una Convención para la Reglamentación de las Actividades sobre Recursos Minerales Antárticos. Dicha Convención no alcanzo a ser ratificada ante la firma del PTAPMA, que en su artículo 7, establece la prohibición de la explotación comercial minera por lo menos hasta el año 2041, donde puede ser susceptible de modificación.

Algunos autores sostienen que tanto los países desarrollados como los subdesarrollados tenían interés en esta postergación de la actividad minera. Los primeros, que son poseedores de la tecnología y de los capitales, prefirieron esperar cincuenta años para que esta explotación fuera rentable. Los segundos, de esta forma, ganaban tiempo para poder restringir la brecha tecnológica, pudiendo obtener beneficios de la explotación de los recursos de la región. Poco tiempo después, la firma del PTAPMA acaba con todo intento de explotación comercial del mineral por el momento.

La mayoría de los analistas no confirman la existencia de recursos minerales, en especial hidrocarburos, tanto en el continente como en la plataforma continental. Sin embargo, algunos arriesgan la posibilidad de la existencia de importantes yacimientos por la similitud geológica entre diversos lugares de Sudamérica, Sudáfrica y Australia con otros de la región. Indudablemente las prohibiciones de perforación dificultan cualquier intento de prospección que permita identificar dichos yacimientos.

A esto debemos agregar las condiciones climáticas extremas. En cuanto a la explotación de hidrocarburos, especialistas consideran que su existencia es altamente probable en la plataforma continental antártica. Descubrimiento en perforaciones asociadas, llevo a especular con la posibilidad de que la Antártida podría tener un campo de petróleo de 115 billones de pies cúbicos.
Es indudable que en el actual contexto internacional la explotación posible de los hidrocarburos, más que la mineral, adquiera un nuevo cariz. Según los especialistas, para que sea posible la explotación deben cumplirse tres requisitos:

* un incremento del precio del barril

* que la demanda siga en aumento

* y por último una mejora de la tecnología de prospección y extracción de petróleo

En esa línea es evidente el aumento de los valores internacionales. En cuanto al consumo, las perspectivas hacen creer que se incrementará. A criterio del gobierno de los EEUU, los precios del crudo tienen un futuro incierto debido al crecimiento mundial, con su consecuencia directa en el aumento de la demanda. Un dato interesante es que a partir del año 2016 la producción interna del petróleo en Estados Unidos disminuirá, lo que llevará a dicho país a aumentar sus importaciones, buscando incrementar la productividad de los yacimientos ya existentes o descubriendo nuevos. En este esquema, los posibles yacimientos presentes en las plataformas submarinas de MALVINAS y la ANTÁRTIDA, en caso de comprobarse, adquirirán una importancia significativa.

Al respecto, cabe destacar que Gran Bretaña ha presentado ante la Organización de las Naciones Unidas, la extensión de 200 a 350 millas de plataforma continental, plazo que vence en mayo de 2009.

De esta forma incluye en sus pretensiones a la Isla de los Estados (Tierra del Fuego) y gran parte del Mar Argentino, colocando a la Argentina en una grave situación.


Fuente: La Gaceta Malvinense* – año VII – N° 23 – Septiembre de 2008 – página 2

*La Gaceta Malvinense es el órgano de prensa y difusión de la Asociación Veteranos de Guerra de Malvinas (AVEGUEMA)


[1] Capitán de Navío CORNEJO SOLÁ, Rafael Ángel: “EL MERCOSUR Y LA DEFENSA, ¿ES POSIBLE LA CONSTRUCCIÓN DE UNA FUERZA MILITAR MULTINACIONAL COMBINADA CON CAPACIDAD DE INTEGRARSE A UN SISTEMA HEMISFÉRICO?”, Tesis de Master para optar al título de Master en Defensa y Seguridad Hemisférica, Universidad del Salvador – Colegio Interamericano de Defensa, Washington, EE.UU., 31 de mayo de 2007, disponible en http://library.jid.org/en/thesis/CPNV%20Cornejo.pdf
Por L.A.D.

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